Rostros y efectos de los recortes en la UPR
El sistema de la Universidad de Puerto Rico (UPR) se encuentra en una situación crítica. Hace unos meses la Junta de Control Fiscal (JCF) anunció los recortes a la UPR y el aumento en costos de matrícula. La JCF estableció que el costo del crédito por estudios subgraduados será aumentado de $57 a $115 el próximo año, y alcanzará los $157 para el 2023.
Los estudiantes subgraduados no serán los únicos afectados ya que el costo de crédito para clases de doctorado aumentará el doble, de $143 a $285 para el año académico 2018-2019, mientras que la matrícula de estudios graduados aumentará de $5,965 a $7,241. Cambios también serán vistos en la escuela de Ciencias Médicas, con un aumento de matrícula de $9,283 a $17,296. Estos aumentos son aún más alarmantes ya que Puerto Rico cuenta con pocos profesionales médicos.
Los aumentos de matrículas eran esperados, pero pocos anticipaban aumentos tan significativos durante los próximos cinco años. Estos cambios sin duda tendrán gran impacto en el número de estudiantes que tienen acceso a estudios universitarios y en la composición demográfica de los mismos. Y, aunque mucho se ha hablado acerca de cómo esto afecta a los estudiantes y sus familias económicamente, poco se ha hecho para resaltar historias individuales que ejemplifican este cambio generacional en nuestro sistema de educación superior.
Por ejemplo, Carolina Hernández,* una estudiante del Recinto de Río Piedras, explica cómo estos cambios la impactan a ella y a sus colegas. Carolina es parte del periódico Diálogo, un medio de comunicación donde varios estudiantes obtienen experiencia profesional y laboral. Diálogo se enfrenta a un recorte de presupuesto de 60% y un posible cierre. “Es sumamente difícil pensar en lo que le puede pasar a Diálogo después de tantos años… más triste aún es pensar en los estudiantes que ahora no tendrán esta oportunidad profesional”, comenta Carolina. Lamentablemente, Diálogo es solo un ejemplo de varios programas y proyectos estudiantiles afectados por los recortes.
Otro ejemplo del efecto de los recortes es Rafael Correa,* quien fuera estudiante del Recinto Universitario de Mayagüez hasta que tuvo que abandonar su bachillerato debido a su situación económica y los nuevos cambios en la matrícula. “Desde antes de María se me ha hecho difícil poder pagar la matrícula del Colegio. La realidad es que si no fuera por el bajo costo del crédito y mi empleo nunca hubiera podido asistir a la universidad”, explica Rafael. “Simplemente no me da el dinero. Me duele no poder acabar mi bachillerato en Matemáticas y poder graduarme pero con estos costos y la situación actual mía y de mi familia no creo que será posible”, añade Rafael, uno de múltiples estudiantes que se encuentran en la misma situación.
Muchas veces se debate si estos cambios son justos o injustos, pero es necesario reconocer el estado actual de Puerto Rico. Después de sufrir un desastre natural y una depresión económica, hay que pensar si estos cambios ayudarán al País. Hay que pensar en el efecto que esto tendrá en la Isla y sus futuros profesionales.
El sistema de la Universidad de Puerto Rico es un sistema creado para el bien y el mejoramiento profesional de la Isla, pero con estos cambios será sumamente difícil cumplir esa función. En un País donde el 56% de su niñez vive bajos niveles de pobreza, aumentar tan dramáticamente el costo del crédito en la universidad del Estado solo redundará en: (1) limitar el acceso a la educación superior por razones económicas, y (2) propiciar el endeudamiento severo de nuestros estudiantes a través de préstamos estudiantiles.
Aunque muchos dirían que lo último es algo natural, yo argumento que es este endeudamiento el que mantiene a nuestros profesionales en situaciones económicamente precarias, incluso después de terminar sus estudios. ¿Es éste el país que queremos?
*El autor utilizó un nombre ficticio a petición de la persona entrevistada.
Ricardo J. Infanzón Hernández
Estudiante de Psicología (UPR-RUM)