Promesa en el mandato de Trump
El Nuevo Día
18 Dec 2016
Fernando Viñas Economista
La ley de composición de deuda, gestionada por una Junta de Supervisión Fiscal (JSF), parte de la autoridad del Congreso sobre la deuda emitida por Puerto Rico.
El privilegio federal de triple exención contributiva fomentó la demanda de bonos, y por ende, millones de nuestros conciudadanos financian a Puerto Rico.
Por uso indisciplinado del privilegio, la pobre gestión de la deuda y para forzar la toma de decisiones, se integró como síndico la JSF. Este grupo responde al presidente de los Estados Unidos y al Congreso federal, quienes a su vez, diseñaron su composición aunque su interfaz con el Tesoro la gravita al Ejecutivo.
La designación del tesorero es fundamental. Steven Mnuchin, el designado, es banquero, conservador, pragmático, favorece la teoría económica “supply side” (que incentiva crecimiento vía inversión de capital y reducción de barreras a producción y servicios).
Dirigió OneWest Bank, donde coinvirtieron: George Soros (inversor en bonos de Puerto Rico) y John Paulson, (a quien debemos percibir como recurso, siendo inversor en Puerto Rico y designado asesor económico para el presidente electo, Donald Trump).
OneWest recibió $2.3 millardos de TARP, Mnuchin sabe que hay ocasiones donde el apoyo financiero es necesario. La designación es una proexpansión económica, necesaria para Puerto Rico.
Si bien la designación de Mnuchin pudiese favorecernos, el acercamiento a la resolución del problema fiscal y económico de Puerto Rico está claro.
La JSF espera un plan de profunda reforma fiscal incluyendo: municipios, reduciendo nómina, definiendo y financiando programas esenciales, apropiando fondos para unos reformados planes de retiro. Puerto Rico requiere más. La administración entrante propone: • Que empresas con/sin fines de lucro y cooperativas, provean servicios, redimensionando al Gobierno.
• Redirigir activos para expandir empleo e ingreso en el sector privado.
• Que dependencias, receptoras pasivas de fondos estatales, generen ingreso y/o capital.
• El Centro de Oportunidades Federales, que pudiese convertirse en fuente de capital.
• La reducción del costo energético es principal.
Acordada la redimensión, renegociaremos deuda –por emisor, contingente a acuerdos federales. Toda alternativa deberá utilizarse: restructurar vencimientos, ajustar interés, equidad entre inversionistas, ajustar principal, dinero nuevo.
Concesiones negociadas, amparadas en PROMESA, condicionadas a resolución de retos federales, determinarán cómo, por cuánto y cuándo accedará Puerto Rico al mercado municipal.
La JSF pudiese colaborar en la resolución de retos federales de gran importancia: estabilidad del arbitrio a corporaciones foráneas (Ley 154) y riesgo de fondos para Salud. Aunque la JSF aconsejó descartar asistencia federal adicional, la solución presupuestaria requiere asistencia federal.
Ley 154 no es un asunto de recaudos, está atada al potencial del sector manufacturero. Puede anticiparse que el Tesoro permita al estatuto continuar, pero la resolución deberá incluirse en la reforma tributaria que propondrá Trump. Propuestas percibidas como privilegio para Puerto Rico, como la 245A, no tendrán oportunidad.
Se designó para dirigir la agencia de Salud federal al cirujano ortopédico y representante Tom Price. Él conoce Medicare, Obamacare y Puerto Rico. Price ha propuesto asignaciones en bloque para Medicaid, lo que ha recibido Puerto Rico.
Salud requiere el mayor cuidado: $1.6 billones para el cuidado de 1.6 millones de personas, una industria empleando sobre 65,000 personas. Puerto Rico tiene por ventaja que su industria, por obligación, ha sido costoeficiente.
La mejora para Puerto Rico radicaría en el crecimiento de nuestra economía que puedan generar medidas nacionales. Por cuanto, Trump capitalizó en los desplazados de manufactura. Por tratados como el NAFTA (como Puerto Rico) se anticipan medidas correctivas. También se espera recortes tributarios y estímulo fiscal: aumento del gasto en infraestructura y militar. El Gobierno y el sector privado deberán posicionar a Puerto Rico para beneficiarse de tales medidas.
Trump afirmó que los recursos de Casa Blanca estarán disponibles para ayudar a la Isla, pero también que tendremos que reducir la deuda, mejorar el ambiente de negocios, reducir impuestos y balancear el presupuesto.
La agenda está clara, tenemos acceso, visibilidad y mecanismos. Trabajando enfocados y determinados allegaremos los recursos necesarios para salir del abismo fiscal y depresión económica en el que nos sumimos como País.
*Para ver la versión original de este artículo favor ver la versión impresa del periódico El Nuevo Día del día 18 de diciembre de 2016*