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Reforma laboral no les hace gracia a los trabajadores

Critican la reducción de beneficios y derechos, y afirman que no se crearán más empleos.

Ettiene Ortiz Medina, un publicista de 28 años de edad, ha tenido tres experiencias laborales desde que se graduó de la universidad. El cambio se ve como algo natural en su trabajo creativo, para acoger nuevas experiencias, probar escenarios distintos y crecer profesionalmente.

Sin embargo, esa movilidad laboral podría coartarse de convertirse en ley la reforma laboral propuesta por el gobierno de Ricardo Rosselló Nevares, que ya fue aprobada por la Cámara de Representantes y pasará ante la consideración del Senado.

“Esta reforma me afectaría, si se materializa, porque me haría pensar más en cambiar de trabajo. Yo no quiero esos nuevos beneficios que están proponiendo para mí”, expresó Ortiz Medina, quien labora en una agencia de publicidad.

“De hecho, como una cuestión de solidaridad, tampoco los quiero para ningún profesional que empiece a trabajar. No es el País al que yo aspiro”, puntualizó.

La reforma laboral traería una reducción en las licencias de vacaciones y de enfermedad, en el bono de Navidad y en el pago de horas extras, entre otros cambios que tocan directamente los derechos adquiridos por los trabajadores. Según propuesta, la ley aplicaría a las nuevas contrataciones, no a las vigentes. Ahora bien, si no es ahora podría ser después que le apliquen las nuevas disposiciones, si cambia de empleo.

Contrario al discurso gubernamental de que esta reforma busca crear más empleos para que los boricuas dejen de emigrar, el publicista opinó que, al menos en su campo, más gente podría decidir irse de Puerto Rico.

“Como en publicidad es bastante normal que uno cambie de industria, estos cambios promueven que uno piense más en irse de la Isla porque cada vez son menores los beneficios de quedarse”, señaló Ortiz Medina.

Maritza, quien trabaja en una tienda de ropa para mujer en un centro comercial, agregó que aquel que no pueda irse del País tendrá que “aguantarse” aunque esté disgustado con su trabajo actual.

“Esto se está poniendo color de hormiga brava. Ya no tenemos nada. Si antes aguantábamos, ahora vamos a tener que aguantar más para renunciar”, manifestó la mujer con resignación, que prefirió no revelar su verdadero nombre por temor a represalias de parte de su jefe.

Isabel, una tecnóloga médica de 32 años de edad, también se mostró indignada con la reforma.

“Estamos volviendo a la esclavitud, solo que ahora no te dan latigazos y no tienes que ser negro. En vez de echar adelante, vamos hacia atrás. Es absurdo. Lo que da es coraje. Son derechos que teníamos, ¿por qué van a quitarlos?”, cuestionó la empleada de un hospital.

Isabel puso en duda que los patronos vayan a aumentar salarios y beneficios en el futuro, si logran estabilizarse económicamente como dicen los defensores de esta reforma, pues lo que ha visto en su centro de trabajo son cada vez más recortes.

“No lo van a hacer porque no van a estar obligados a ello. Pueden alegar que no tienen dinero, como hace ahora mi patrono que se canta sin chavos, y en vez de contratar la cantidad de empleados que necesita está explotando a los pocos que quedan”, indicó.

En cuanto al periodo probatorio de un año, comentó que es injusto y que, a lo sumo, debió subirse a seis meses. También objetó la reducción del bono de Navidad.

“Con esos chavos del bono me voy de viaje. Y eso es otra cosa, si reducen las vacaciones no podría irme fuera de Puerto Rico. ¿Qué uno va a disfrutar? Y mientras tanto, los patronos cogen vacaciones de un mes”, sostuvo.

Para José Daniel Gutiérrez, la baja en el bono de Navidad también le haría un hueco en su presupuesto anual.

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