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"Jóvenes: portadores de esperanzas" (Discurso de Barack Obama)

El exvicepresidente Barack Obama, durante su discurso del 17 de julio en Johanesburgo, en el centenario de Nelson Mandela:


"Es tentador ceder al cinismo, creer que los cambios recientes en la política mundial son demasiado fuertes para oponerse a ellos y esta oscilación del péndulo es permanente. Igual que se hablaba del triunfo de la democracia en los años noventa, ahora se oye hablar del fin de la democracia y el triunfo del tribalismo y el hombre fuerte. Debemos resistirnos a caer en ese cinismo.

Porque hemos vivido épocas más oscuras, hemos atravesado valles más bajos y más profundos. Es verdad que, en la última etapa de su vida, Mandela representó el triunfo de la lucha por los derechos humanos, pero el recorrido no fue fácil, no fue predeterminado. Madiba estuvo en la cárcel durante casi tres décadas. Partió piedra caliza bajo el sol, durmió en una estrecha celda y estuvo sometido al régimen de aislamiento en varias ocasiones. Y recuerdo que, cuando hablé con varios de sus antiguos colegas, me dijeron que, al salir en libertad, no se habían dado cuenta de hasta qué punto ver a un niño, pensar en tener a un niño en brazos, les iba a hacer pensar en todo lo que se habían perdido durante décadas.


Aun así, durante esos años, su poder aumentó, y el de sus carceleros disminuyó, porque sabía que, si uno se aferra a la verdad, si sabe de verdad lo que siente en su corazón y está dispuesto a sacrificarse por ello, incluso con todo en contra, incluso sabiendo que puede no conseguirlo mañana ni la semana que viene, quizá incluso en toda su vida, al final, aunque haya retrocesos provisionales, la razón acaba venciendo, el mejor relato puede triunfar. Por muy fuerte que fuera el espíritu de Madiba, no habría mantenido la esperanza si hubiera estado solo en su lucha. Parte de lo que le sostenía era saber que, año tras año, las filas de los combatientes por la libertad se iban poblando de hombres y mujeres jóvenes que, en Sudáfrica, en el Congreso Nacional Africano y en otros lugares, negros, indios y blancos, en todo el país, todo el continente y todo el mundo, siguieron trabajando para hacer realidad su visión.


Eso es lo que necesitamos ahora, no solo un líder, sino, sobre todo, ese espíritu colectivo. Y sé que en todo el mundo están reuniéndose esos jóvenes portadores de esperanzas. Porque la historia demuestra que, cuando el progreso está amenazado y se ponen en tela de juicio las cosas que más nos importan, debemos hacer caso de lo que dijo Robert Kennedy aquí, en Sudáfrica: 'Nuestra respuesta es la esperanza del mundo: confiar en los jóvenes. Confiar en el espíritu de los jóvenes'.


Así, pues, jóvenes, los jóvenes que estéis entre el público, los que estéis escuchando, mi mensaje es sencillo: seguid creyendo, seguid avanzando, seguid construyendo, seguid alzando la voz. Cada generación tiene la oportunidad de rehacer el mundo. Mandela dijo: 'Cuando despiertan, los jóvenes son capaces de derribar las torres de la opresión y levantar las banderas de la libertad'. Este es un buen momento para despertar. Es un buen momento para ponerse en marcha.


Los que valoramos el legado al que hoy estamos rindiendo homenaje —un legado de igualdad, dignidad, democracia, solidaridad, bondad—, los que seguimos siendo jóvenes de corazón, aunque no de cuerpo, tenemos la obligación de ayudar a nuestros jóvenes a triunfar. Algunos de ustedes saben que mi Fundación va a reunirse en los próximos días aquí, en Sudáfrica, con 200 jóvenes de todo el continente que están trabajando duro para transformar sus comunidades, que reflejan los valores de Madiba y van a ser los próximos líderes.


Personas como Abaas Mpindi, un periodista de Uganda que fundó la Media Challenge Initiative, para ayudar a otros jóvenes a obtener la formación necesaria para que aprendan a contar las historias que el mundo necesita saber.


Personas como Caren Wakoli, una emprendedora de Kenia que fundó la Emerging Leaders Foundation, para lograr que los jóvenes se impliquen en la lucha contra la pobreza y la defensa de la dignidad humana.


Personas como Enock Nkulanga, director de la misión de African Children, que ayuda a niños en Uganda y Kenia a recibir la educación que necesitan y, en sus horas libres, defiende los derechos de los niños en todo el mundo. Fundó una organización llamada LeadMinds Africa, para formar a la próxima generación de líderes.


Cuando uno habla con ellos, sale lleno de esperanza. Ellos están tomando el testigo. Saben que no pueden conformarse con los logros del pasado, ni siquiera unos logros tan trascendentales como los de Nelson Mandela. Se apoyan en la experiencia de quienes los precedieron, incluido aquel chico negro nacido hace 100 años, pero saben que ahora les corresponde trabajar a ellos.


Madiba nos recuerda: “Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, sus orígenes o su religión. La gente tiene que aprender a odiar, y si puede aprender a odiar, también puede aprender a amar, porque el amor es algo más consustancial al corazón humano”. El amor es consustancial al corazón humano, recordemos esta verdad. Que esa sea nuestra estrella polar y nuestra guía, alegrémonos de nuestra lucha para poner esa verdad de manifiesto, de manera que, dentro de 100 años, las generaciones futuras puedan recordar y decir: 'Siguieron avanzando y, gracias a ellos, hoy vivimos con nuevas banderas de libertad'."



Continúa leyendo la transcripción de este discurso aquí.


Accede al video del discurso en inglés aquí.

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