Oda a la juventud
"Para ellos y para su patria: ¡Alabanza!"
- Juan Antonio Corretjer
En medio de esas semanas inciertas y desesperantes luego del Huracán Maria, muchísimas personas detuvieron por un tiempo su seguridad y comodidad relativa para desbordarse en apoyo de los más necesitados. Estas personas provenían de los perfiles más variados: mujeres, hombres, adultos, jóvenes, ricos, pobres, creyentes, ateos, conservadores, liberales.
Si bien es indudable que a todos les motivó un sentido básico de responsabilidad ciudadana, es notable también que en muchos casos una institución, compañía o entidad medió entre la ayuda ofrecida y la comunidad ayudada. Es decir, que además de un sentido intrínseco de solidaridad, existía también una afinidad específica, reforzada en el contexto de una catástrofe, hacia el bienestar y la consecución de los objetivos de determinado ente o comunidad.
Ese entramado orgánico entre instituciones, organizaciones e iniciativas, por un lado, y comunidades, familias e individuos en necesidad, por otro, fue fundamental para mitigar a corto plazo muchos riesgos a la vida y la seguridad alrededor de todo el país. Ahora bien, en todo ese trajín en las calles, refugios y centros de acopio, llamó mi atención particular aquellas personas que se movilizaron sin el beneficio de una institución o entidad que necesariamente los convocara o respaldara sus esfuerzos.
En mi experiencia como voluntario en el Municipio de Toa Baja, este último tipo de movilización estuvo protagonizada por jóvenes, cuyas tareas de trabajo o estudio, como todo, quedaron paralizadas y no aguantaban la ansiedad de permanecer en sus hogares ante tanta necesidad. Fueron llaneros solitarios que, como es característico de su generación, prescindieron de cualquier tipo de estructura tradicional y salieron por cuenta propia a ayudar como pudieran. Lo hicieron de manera tan inspiradora y ejemplar que su gesta merece destacarse.
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José B. Márquez
Coordinador